Las madres suelen alarmarse cuando sienten a sus bebés o niños algo calenturientos y, a menudo, tienden a caer en pánico ante el temor de que tengan fiebre. Más aún si no cuentan con uno de los tantos tipos de termómetros para bebés que existen.
Inicialmente, y para que tengas un poco de tranquilidad, tenemos que decirte que la fiebre no es más que una reacción natural de nuestro cuerpo para combatir las bacterias o virus que en determinado momentos pudieran atacarnos.
Sin embargo, la fiebre no es más que un mecanismo de defensa y de combate de nuestro cuerpo contra esas bacterias y virus. Es un proceso natural por el que todos pasamos tarde o temprano, y ayuda a que el sistema inmune se fortalezca.
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Los mejores termómetros para bebés
A continuación puedes ver una lista de los mejores termómetros para bebés que puedes encontrar hoy en día:
¿Por qué es importante controlar la temperatura de un bebé?
La temperatura de nuestro cuerpo asciende para no hacerles cómoda la estadía a esos agentes que nos atacan (virus y bacterias). Ahora bien, te preguntarás: ¿Si la fiebre no es tan mala del todo, ya que nos ayuda a batallar contras las bacterias y virus, por qué debemos controlarla en nuestros hijos?
La respuesta es sencilla: los estados de fiebre, y sobre todo cuando es alta, pueden producir muchas incomodidades y reacciones en nuestros bebés o hijos pequeños, como por ejemplo escalofríos, mareos, náuseas, vómitos y, la peor, deshidratación. En casos extremos podría llevar a suponer incluso la muerte, así que es importante tomar precauciones.
Por este motivo es importante que contemos con termómetros especiales para bebés o niños, porque ellos nos ayudarán a controlar la fiebre de nuestros hijos y hacerles seguimiento, con el fin de buscar mecanismos que atenúen sus malestares y evitar complicaciones.
Por otra parte, es bueno que conozcas cuáles son las causas principales de la fiebre en los infantes y cuáles son los mecanismos para detectarla y medirla. En ese sentido, sabrás o habrás oído que existen distintos tipos de termómetros para bebés y por supuesto, querrás saber cuáles son, en qué consisten y cuál es el ideal para medir y controlar la fiebre. Todo ello te lo contamos aquí.
¿Cuáles son las causas de la fiebre?
Cabe destacar que la fiebre por sí misma no constituye una enfermedad sino que deviene o se produce por otra causa mayor, es decir, es un síntoma de alguna enfermedad u otro tipo de problema. Sin embargo, las posibles causas de la fiebre en bebés o niños son las siguientes.
Infecciones
Generalmente las fiebres se producen debido a una infección o alguna otra enfermedad. Esta fiebre se manifiesta como un mecanismo natural de defensa para combatir esas infecciones que generalmente son producidas por algún virus.
Por lo general igualmente son benignas y se circunscriben solamente a un periodo de tiempo limitado que oscila entre los 7 y 10 días. Tienden o deberían desaparecer solas, es decir, sin ningún tipo de tratamiento. De cualquier forma, si su hijo presenta fiebre, consulte inmediatamente con el pediatra y, sobre todo, si se trata de un bebé de pocos meses de nacido.
Exceso de vestimenta o abrigo
Los bebés con menos de 3 meses de nacidos, pueden presentar fiebre cuando son abrigados en exceso y más si se hace en lugares o ambientes calurosos. Ello debido a que todavía no tienen la capacidad de regular naturalmente su temperatura corporal.
Vacunas
Algunos tipos de vacunas en los bebés o niños suelen producir algo de fiebre, pero al poco tiempo esta suele desaparecer. Su médico le podrá asesorar si la vacuna que está recibiendo su hijo puede producir fiebre.
Dientes
Finalmente, es sabido que la dentición también suele producir algo de fiebre o de temperatura alta en nuestros hijos. Sin embargo, si la temperatura del bebé o niño es mayor a 38 °C lo más recomendable es que visite a un pediatra porque de seguro la dentición no será la causa.
Tipos de termómetros para bebés
Cuando tenemos un hijo, uno de los aspectos a los que más prestamos especial atención es a su salud. Por eso procuramos mantener en casa todos los aparatos que nos permitan determinar, a tiempo, si están sufriendo alguna afectación, entre los cuales no puede faltar un termómetro.
Sin embargo, y aunque parezca paradójico, muchas personas desconocen cuántos tipos de termómetros existen, cómo están diseñados, en qué forma se deben usar y cuál es su efectividad. Por eso de seguida te ofreceremos esa información para que a partir de ella, elijas el termómetro que más te preste y pienses que te puede ser más funcional y efectivo.
Termómetro digital
Dada su rapidez y efectividad es el más común entre los termómetros para bebés actualmente. Su importancia y preferencia radica en sus bondades, ya que es un termómetro muy sencillo de usar, es rápido y los resultados que se obtienen son confiables.
¿Cómo usar el termómetro digital y dónde?
Inicialmente limpia la punta del termómetro con alcohol antiséptico. Cuando enciendas el termómetro verifica que la pantalla de medición esté en 0. Si utilizas el termómetro en el recto o en la boca intenta mantener el termómetro sujetado para asegurarte de que la medición se dé de forma adecuada.
En los bebés y niños lo recomendable es usar el termómetro digital en el recto. Para ello te aconsejamos que uses vaselina en la punta metálica a introducir para facilitar el proceso e incomodar lo menos posible al niño o bebé.
Una vez que el niño esté acostado boca abajo y relajado, introduce con cuidado el termómetro más o menos unos dos (2) centímetros. Mantén sujeto el termómetro durante la medición y una vez que escuches el pitido que te indica que ya la temperatura fue tomada, extrae el dispositivo.
Conservación: Después de usarlo, limpia su punta con agua que esté tibia o, en su defecto, con alcohol. Ni por equivocación se te ocurra introducirlo completamente en agua ni mojes su pantalla de lectura, ya que probablemente lo descompongas.
Termómetro de oído
Pese a su carácter especializado (para usar en el oído) no es de los termómetros más confiables, dado que se ha establecido que su margen de error es superior comparado con los dos anteriores. De allí que sea el menos común y utilizado de todos.
Por supuesto que al tratarse de un termómetro de oído el lugar indicado para utilizarlo es allí, sin embargo, es importante que tomes algunas precauciones antes de usarlo. En principio el oído debe estar limpio y libre de cera, ya que la presencia disminuye la exactitud de los resultados y hará que la lectura sea baja.
Por otra parte, el oído debe estar totalmente seco o libre de humedad antes de utilizar el termómetro. Tampoco uses un termómetro de oído si ves que éste está adolorido o presenta algún tipo de infección o lesión.
Si el termómetro no posee protección esterilizada limpia entonces su punta con alcohol o vinagre para evitar una infección en el oído. Luego enciende el termómetro y toma la parte de arriba de la oreja del niño para introducir la punta con más facilidad.
Mételo de manera correcta, no es necesario que llegues hasta el tímpano. Luego de introducido sujétalo con firmeza hasta que indique, por medio de pitido o bip que ha hecho la lectura. Retíralo lentamente y observa el número que indica en la pantalla.
La ventaja de un termómetro de oído es que si lo utilizas de forma adecuada, hará la lectura de manera rápida y confiable. Es importante que tomes en cuenta que en el oído la temperatura es mayor que en la boca o axila y similar al recto, por lo tanto para determinar que hay un cuadro febril utilizando éste, el resultado tiene que ser de 38º.
Conservación: Una vez que lo utilices, colócale una protección esterilizada, si no cuentas con una entonces limpia su punta con agua templada o con alcohol. Guárdalo en su caja y consérvalo en un lugar fresco.
Termómetro de chupete
El termómetro de chupete es un termómetro digital de uso oral, por supuesto. Aunque no es muy confiable en su medición, ya que funciona es como un orientador de fiebre, es decir que da una medición aproximada y no exacta.
Su ventaja radica en que, por tratarse de un chupete es más fácil de que sea aceptado por el niño. Es especialmente útil cuando sospechamos que nuestro bebé tiene fiebre. El termómetro de chupete mide la fiebre gracias a la tetina, que está provista de un dispositivo circular contentivo de cristal líquido no tóxico que permite hacer la medición.
En caso de que el resultado sea igual o mayor a 37ºC, entonces es recomendable utilizar un termómetro de otro tipo para comprobar si ciertamente tiene fiebre y cuál es la temperatura exacta que tiene.
Conservación: Una vez utilizado se puede esterilizar como cualquier chupete normal, es decir, en agua hirviendo.
Termómetro de banda plástica, cinta o cutáneo
Este es muy práctico para los infantes, ya que consisten en una banda digital que se coloca sobre la frente del niño o bebé y nos indican si este tiene fiebre o no. Su desventaja radica en que no ofrece la temperatura exacta del niño.
Sin embargo, al igual que los de chupete, son ideales y muy prácticos para ayudarnos a determinar si el bebé tiene fiebre o no y de una manera menos incómoda o traumática que los demás. Otra semejanza con los chupetes es el sistema que utiliza para la medición: cristales líquidos que reaccionan ante el calor.
Conservación: Después de utilizarlo evite que se ensucie o se moje. Sólo resguárdelo en la misma caja o envase en el que vino y manténgalo en un lugar fresco.
Termómetro de mercurio
Aunque parezca mentira, dado lo antiguo de este producto, este es el termómetro más fiable de todos los termómetros para bebés. Sin embargo con el tiempo ha dejado de ser utilizado por los peligros que representa tanto para el niño como para el medioambiente. Ello debido a que es de vidrio y contiene mercurio por dentro, el cual, en caso de rompimiento es perjudicial.
¿Cómo usar el termómetro de mercurio y dónde?
Antes de utilizarlo se debe tomar por el extremo que contiene el mercurio (el de arriba) y moviendo tu muñeca rápidamente agítalo para que descienda o baje su valor hasta los 35ºC. Para más seguridad, intenta hacerlo sobre una cama para que, en caso de que por error o el movimiento caiga de tu mano, no se rompa.
En los niños cuya edad sea menor a los 5 años lo ideal sería que le tomases la temperatura de modo rectal, pues allí la temperatura está un grado por encima que en la boca. Además allí se corre menos el riesgo de que el niño lo deje caer o no lo sostenga debidamente, al igual que en la axila.
Después de utilizarlo debes lavarlo con agua fría y alguna solución jabonosa antiséptica, bajo ninguna circunstancia con agua caliente. Luego resguárdalo en un lugar fresco.
Conclusiones sobre los termómetros para bebés
Finalmente, es importante que sepas que dependiendo de la parte del cuerpo donde hagas la medición de temperatura, se determinará si el niño tiene fiebre o no. Por ejemplo, si le haces la medición utilizando el recto, tendrá un cuadro febril si el resultado es de 38º. Si por el contrario, la haces en la axila o en la boca, tendrá fiebre si el indicador marca 37,5ºC.
Una vez que conoces cuáles son los tipos de termómetros para bebés, en qué consisten, cómo se usan y en dónde; cómo se deben limpiar y conservar, así como su importancia, no dejes de adquirir el que pienses que te será más útil para cuidar y medirle la temperatura a tu bebé o niño. ¡La salud de tu hijo y tu tranquilidad lo valen!